Ella arropaba las rosas mediante la fragancia del encanto.
Un terciopelo tan profundo,
Como las miradas que petrifican la sensibilidad afectiva ajena.
Distribuía sed al deseo de reclamar un beso,
A través del contorno de la dulzura de unos labios perfectos.
Si eres apreciada, ¿Por qué te alabas continuamente frente al espejo?...
El secreto de la seducción es atraerse uno mismo.
Si eres atractiva, ¿Por qué llorarías por un amor no correspondido?...
Porque ninguna persona en el aspecto físico, hallaría el sentimiento de una sonrisa.
En tu espíritu oscila únicamente impureza… ¿Qué ha sido de la dignidad?...
Una travesía para descubrir lentamente nuestra llama sexual, no es un pecado carnal.
¿Por qué les rechazas?, Si haces de su corazón una tragedia…
Porque jamás sabrán apreciar la unión si no laten al mismo compás.
Desconozco la cantidad de veces que rocé el término compromiso,
Afirmo que me he encontrado poco más de un par de las mismas en él.
El amor yace para disfrutar,
A pesar del rencor o celos que envuelven ciertas personalidades.
Añoro sentirme engañada por el romance verdadero,
Aquel, que con el paso del tiempo descubres, que será otro más de los vividos.
Concluida la hemorragia emocional, emergen lecciones que acaban por conducirte hacia la originalidad. Sin desgastes ni fechas de caducidad.
Desnuda transpiraba frente al cristal la pasión,
Aliviando las heridas de su tacto genital.
Ofensas y reencuentros forzosos que una vez,
Renacieron frente a un impulso de lujuria.
Por eso nunca finjas carismas,
Ni entregues tu cuerpo a dos minutos de placer innecesario.
Las buenas amistades pueden acabar,
Si en uno de ellos ha existido falta de seguridad.
No experimentes sensaciones prohibidas a los principios de tu moral,
Ni satisfacciones sin protección…
El secreto del glamour es el gustarse a uno mismo,
Y para ello se requiere, de bien mental y salud corporal.
Pablo Micocci
http://unleashedpeaceinthehell.blogspot.com/