El verde de tus ojos que al amparo de tu mirada
paralizan el tiempo frente a los míos
y entonces, me rodea y domina un
impulso que me transporta hacia tu
cuerpo ante ti y te presentas como si estuvieras
moldeada para mis manos que reconocen
tus líneas curvas y rectas se confabulan con mis
labios deseosos de humedecer los tuyos,
imagino entonces rodear tu cuerpo y
tomar de él todo lo que siento mío, te sostengo
estoy tras de ti.
Con mi boca murmuro
tu nombre desde tus oídos hasta las constelaciones de tus hombros,
tu nombre desde tus oídos hasta las constelaciones de tus hombros,
entonces tu respiración se agita y nuestros
cuerpos son uno, mis dedos descifran
tu cuerpo y guían mis manos a lugares
que nos estremecen, tus labios enrojecen
y tu mirada que has
entregado al delicado movimiento
que nos aborda placenteramente,
cuerpos son uno, mis dedos descifran
tu cuerpo y guían mis manos a lugares
que nos estremecen, tus labios enrojecen
y tu mirada que has
entregado al delicado movimiento
que nos aborda placenteramente,
y que ya no hay limites todo fluye, busco sostener
fuertemente tu figura y fusionarla
con la mía, luego tiendo tu cuerpo desnudo
sobre una suave cama blanca y me recuesto
sobre ti deslizando la palma de mis manos hasta
encontrar tus pechos que endurecidos me esperan
mientras mis labios disfrutan de tu aterciopelada
espalda, tu respiración se transforma en deliciosos sonidos que me enloquecen, de pronto
tus sensuales caderas se apoderan del espacio
moviéndose como delicadas ramas sopladas por él
viento e incansablemente buscan tener contacto
con mi piel. Si, inevitablemente ya no hay volver, mi cuerpo al igual que mi corazón entran por una
cálida vertiente para encontrarse con las
caricias del placer que dos corazones generan al
renacer.
fuertemente tu figura y fusionarla
con la mía, luego tiendo tu cuerpo desnudo
sobre una suave cama blanca y me recuesto
sobre ti deslizando la palma de mis manos hasta
encontrar tus pechos que endurecidos me esperan
mientras mis labios disfrutan de tu aterciopelada
espalda, tu respiración se transforma en deliciosos sonidos que me enloquecen, de pronto
tus sensuales caderas se apoderan del espacio
moviéndose como delicadas ramas sopladas por él
viento e incansablemente buscan tener contacto
con mi piel. Si, inevitablemente ya no hay volver, mi cuerpo al igual que mi corazón entran por una
cálida vertiente para encontrarse con las
caricias del placer que dos corazones generan al
renacer.
KatheDcita.
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