domingo, 25 de julio de 2010

Adiós a ti y bienvenido yo.

Eran las 8 de la mañana.

Es lo que parecía y prometía ser un día de hermosos recuerdos para un futuro.

Me acuerdo claro que tenía puesto unos bóxers amarillos y una franelilla verde limón para dormir, porque realmente; quería hasta dormir lo más glam posible... Algo no muy común en mí, sobre todo porque siempre fui alguien un poco más elegante que glam en cuanto a vestimenta.

Mi madre había preparado unas arepas de trigo (Son unas arepas andinas que preparamos aquí en mi casa.), y yo me sentía de muy buen humor, me quedé hablando con ella en la mesa aproximadamente una hora, lo cuál era y es común entre los dos. Recuerdo claramente que luego fui a mi escritorio donde tenia guardados en el bolso un paquete de bombones con un par de cd’s de Kudai que él me había pedido, pero no del todo en serio, entonces serían una sorpresa. Los acomodé rápidamente y fui a bañarme.

Mientras me bañaba imaginaba la respuesta: “Sí, pensé que nunca lo preguntarías!”, o quizás: “Sí, cómo decirte que no?”, podría ser: “¡Siiiiiiií!” o también: “¿Qué? ¿En serio?, ¡Claro que sí!” ... todas se vería bien en él ... Bueno, todo se veía bien en él, desde su cabello, el cuál se tiñó en algún momento de su adolescencia de un rubio chillón, hasta cuando se lo cortó al ras... O su estilo de punk-emo que me divertía, o cuando se vestía como un pavito glam, al cuál en cierto modo logró arrastrarme tan sólo por agradarle.

Luego de mis usuales 35 o 40 minutos bañándome, salí y me fui a vestir. No sabía qué ponerme, quizás no le gustaría nada de lo que cargaría puesto; ¿qué me ponía?, realmente no tenía idea de qué usar. Encontré una camisa de vestir y un Jean, los ligué con unas converse y dije: “ya, estoy listo... seré simplemente yo”. Agarré mi bolso y salí de la casa.

Justo cuando salí de mi casa comencé a sentir los nervios infinitos que me llenaban al saber que ya estaba fuera de mi casa, que sabía que lo iba a ver y que era inevitable porque ya lo había decidido, era el día en el que le iba a pedir que fuéramos novios, por primera vez sentía que podía volar y que todo iría bien, y no sólo eso, sino que sentía que era dueño de la vida, Que Nada, absolutamente nada podría ir mal.

Llegué a la estación Chacao, sabía que si agarraba una camioneta no iba a sudar, e iba a llegar más cerca sin necesidad de ir por la misma entrada en la que él siempre llegaba a la plaza La Castellana, y eso hice. Me bajé de la camioneta y cuánto más cerca, más nervios tenía y no podía controlar las ansias y los pálpitos de mi corazón ... es algo realmente indescriptible lo que me sucedía en ese momento.

No había terminado de cruzar la calle cuando vi algo más inusual de lo que yo iba a hacer, era un chico que yo conocía pero... estaba besando al chico que yo le estaba llevando cierto regalo. Y apenas toqué la plaza con mis pies me detuve en seco, paralizado. Fue el momento en el que sentí que todo se caía, que me estaba cayendo en un agujero negro y que no había forma de salir, que nunca se acababa, no sabía qué era lo que estaba pasando, y hasta pensé que yo estaba loco y viendo cosas por lo nervioso que había estado, entonces seguí caminando, como rezando que hubiera sucedido lo contrario, pero no, mientras más cerca estaba era más obvio, más vívido, más verdadero, más cruel, más doloroso. Eran los dos, besándose, en mi cara, y después de 4 intensos meses saliendo, comprometiéndonos a mejorar cada día de nuestras vidas, hasta que llegara el momento en el que alguno le pidiera al otro oficializar todo, y el imbécil que se lo creyó o se lo tomó en serio fui yo.

Lo odié, ¡lo odié tanto! Fue muy duro, fue muy grave, era demasiado profundo, sentía que había usado una excavadora y había cavado en lo más profundo, plantado algo y que después lo sacó de una manera tan cruel y dolorosa que lo odiaba por hacerlo. Le lancé sus bombones, le tiré sus cd’s se los di, porque eran de él, eran para él, mientras él me decía que no era lo que yo pensaba, pero, ¿qué se puede pensar?, ¿qué se puede creer?, ¿qué dio a entender?.

Me sentí el chico más imbécil del mundo, cortamos el habla hasta casi un año después que me dijo que se mudaba. Nunca lo superé.. una vez me dijeron que siguiera adelante y que olvidara el pasado, que no todos los chicos son iguales, que eso no pasa todo el tiempo. Pero yo decidí que no quiero saber si es verdad, No aun... no ahora... no sin él... es él, siempre ha sido él... y si siempre lo será, me atrevería a vivir así si es él el que está feliz y sin embargo, aun lo intento.
Snuunpy

1 comentario:

  1. mmm Suena a que te rompieron el corazón. No me imagino lo que debe ser sentirse así, pero hey, por qué te sigues aferrando a él? no puedes aferrarte a la idea de lo que pudo o podría ser porque después de todo, él te mintió, te engañó, si no lo hubieses encontrado en ese momento, quizás no te hubieses enterado, él no te lo habría dicho... tal vez lo hubieses descubierto de otra forma mucho más dolorosa. Si no estás listo para salir con otro chico, pues, no estas listo y ya. Pero definitivamente no puedes cerrare la puerta a TU felicidad por aferrarte a él. Si él es feliz así como está o si no está feliz, entonces dejalo ser o déjalo no ser, ya no te corresponde a ti hacerlo feliz, ese es un privilegio que él rechazó. si él es feliz o no, no es tu problema, es de él. y si tu eres feliz o no es tú problema, no de él. tu haces tu propia felicidad, búscala, no te aferres a algo que no pudo ser, aferrate a algo que sí pueda ser!
    Saludos

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